lunes, octubre 16, 2006
RAFAEL ESCOBAR DE ANDREIS

.

Abril 10 de 2014
https://picasaweb.google.com/111515077843964359836/FundacionDePoetasVallecaucanosAbril102014#
Despertar al silencio
Rafael Escobar De Andreis
Primera edición: noviembre de 2024. Páginas: 132
Imagen de carátula: Acuarela, 2000. Rafael Escobar De Andreis
Diseño y diagramación: Orlando López Valencia.
Impreso en Anzuelo Ético Ediciones, Cali, Colombia.
....
ACCEDER Y NAVEGAR
https://ntc-libros-de-poesia.blogspot.com/2025_03_08_archive.html
NTC ... SEGUIMIENTOS y ACTUALIZACIONES a Septiembre 1, 2019
----
NTC ... SEGUIMIENTOS y ACTUALIZACIONES a Marzo 11, 2019
Prólogo por Armando Ibarra Racines
-----------------------------------
.
NTC ... SEGUIMIENTOS y ACTUALIZACIONES a Junio 26, 2015
En la Noche Poética * de la
Fundación de Poetas del Valle
Cali, Junio 18, 2013
VIDEOS (2):
"A manera de presentación"

http://youtu.be/Gxa3IWcJjW4
----
LECTURA DE SUS POEMAS
https://youtu.be/1OVTnF2O8Ks
*Sobre el evento
http://fdpv.blogspot.com/2015_06_18_archive.html
-
----
-------------------------------------


Llevas diez años bajo tierra, Timothy,
silencioso, inerme, imperturbable,
no le harías daño ni a una mosca,
pero sobre todo desprovisto de emociones
como decías te enseñaron en el ejército.
No habían pasado tres meses de tu muerte
cuando dos proyectiles impactaron
el propio corazón del capitalismo.
Pocos días después vino la dispersión de ántrax
Y luego una serie de masacres:
Virginia Tech, abril de dos mil siete, 33 muertos;
Westroad Mall, diciembre dos mis siete, 9 muertos;
este mismo año, en un supermercado Safeway
en Tucson, Arizona hubo 6 víctimas.
Quizás la paranoia colectiva no te haya olvidado
Y piense que el insomnio de tu alma
aún vaga sin sosiego produciendo tragedias.
Si antes te decía: habla, Timothy,
ahora te digo: descansa en paz,
estás libre de culpa y tu sacrificio
no cambió en nada la sociedad opulenta.
---
Versión I de este poema (Dic. 2001):
Ver: http://ntc-documentos.blogspot.com/2011_08_01_archive.html
yhttp://www.verseria.com/verseros/rafael/mirada%20de%20sombras/Mirada%20de%20s...



«Se trata ahora (en Colombia) de imponer un absurdo concepto de «unidad temática» en el libro de poemas. Capricho injustificado, sin sentido. Cada poema constituye una unidad en sí y no tiene por qué relacionarse necesariamente con otros poemas» dice Jaime Jaramillo Escobar en su Método fácil y rápido para ser poeta.
Sin embargo, como es usual, mis poemas reinciden en las preguntas que a diario me asaltan. Indago, a veces con obsesión, sobre nuestra condición de seres mortales; sobre la acción devastadora del tiempo; sobre ese mar con el que mantengo una íntima relación lejana; sobre el misterioso movimiento con algo de azar, que lleva a las palabras por el camino del poema; sobre la extraña sensación de conocer otras culturas; sobre las personas que cada día me dan sus afectos 'y' sobre las que ya no pueden recibir los míos; sobre mi cuerpo con sus manifestaciones e inoportunas preguntas.
Si algunos de estos poemas llegaran de verdad a unos cuantos lectores, el mérito sería sólo de ellos. Quiero decir, de los poemas.
Hace veinticinco años teníamos aquí en Cali una revista de literatura que se llamaba Luciérnaga. En ella había mucho más entusiasmo que destreza, su primer número que fue también el penúltimo, valía cien pesos y en él aparecieron dos relatos escritos por un médico anestesista dotado con un acento caribe y cierta elegancia inglesa; fueron las primeras letras de molde publicadas por el escritor Rafael Escobar De Andreis a quien venimos a oír esta noche.
En esos primeros relatos leídos por una voz grave en la que nos sorprendía una inusual timidez unida a la música verbal de la costa Atlántica, y en la que llamaban la atención las prolongaciones, los sonidos de la ene y la reverberación de la ere que se pueden apreciar con nitidez cuando un samario pronuncia la palabra ron. Había también un vibrato en las vocales que las hacía más amplias, más melódicas, y en el caso de las lecturas que nos hacía Rafael a los del grupo de Luciérnaga, ni siete años de claustros payaneses, ni muchos otros de pregones caleños, habían logrado erradicar el acento musical de su tierra, para bien de sus textos y de quienes los escuchábamos.
Desde esos ingenuos años de aprendizaje encontramos en la literatura, comunión, favorecida a trechos por el ron, algunos ríos y balnearios y ciertas damas prestantes; prestantes porque todo lo que nos dieron, nos lo dieron a préstamo. Entregado ya todo, lo prestado y lo ajeno, nos quedó la literatura.
La literatura ha sido el ámbito de nuestra amistad, desde el fugaz destello de Luciérnaga en la noche de las palabras, Rafael quedó a la espera del alba, reconstruyendo sus insomnios a los que debemos unos relatos breves y esplendorosos, dotados de humor, escepticismo y belleza y que fueron de algún modo el tránsito, el camino, hacia su poesía.
Luego TIMOTHY MCVEIGH pide su helado de menta con chispas de chocolate para cerrar irónicamente su devastadora protesta.
Rafael mira las sombras; mira la vida y sus formas como sombras chinescas, proyectadas sobre el telón de los días, ve cómo, lo que es, parece otra cosa, algo semejante a la diferencia que hay entre lo que ocurre y lo que dicen que ocurre.
De pronto entiende que lo que hemos estado viviendo es sólo representación, que la verdad hay que aprender a leerla, a descubrirla.
El poeta es aquel que sabe ver, descifrar y leer en todos los textos que le ofrece la vida; para el poeta todo es objeto de lectura, momento de indagación, abrevadero. El paisaje son muchos paisajes, la soledad un tumulto, el viaje de la hoja que cae desde la rama hasta el cauce del arroyo puede contener la respuesta; la sombra es la luz. En el silencio de un perfume habita la música.
No es tan “exiguo poder el que alcanza a percibir y a nombrar”, todo lo que se nombra y percibe en Mirada de sombras, su primer libro de poemas.
Ya con la poesía como elección y condenados a nuestra pavorosa libertad, acordamos reconstruir en la escalera de los sueños, uno que habíamos tenido en la época de los balnearios y las damas prestantes; nos pusimos como reto que el primer número esta vez no fuera el penúltimo y sin más pretensión nació Clave, hija que vemos cada vez menos pero que amamos cada vez más.
Ahora, Rafael, en un viaje en contravía desde la desazón y el silencio, hacia un lento y progresivo entusiasmo, mira al mar, a su origen y ríe. Ve una flor salpicada de rocío y dice: “me esfuerzo por creer / que no son ampollas / en la piel de los pétalos”.Nos sorprende su tono libre, más dispuesto al juego, olvidado un poco de las quejumbres, como si alguien que ha estado enfermo de pronto sintiera un aire suave, saludable y ya no le importara saber cuánto va a vivir, porque sólo le importa vivir. O como el paciente que al regresar del letargo de la anestesia comienza a reconstruirse a partir de los sentidos y se toca, mira, olfatea, oye y sabe, descubre que está vivo, que él es él y que la vida es el lugar donde ha llegado.
Para mí, es feliz esta ocasión.
Lejanos ya los días de los primeros atrevimientos literarios, de los balnearios y las damas prestantes, la literatura otra vez nos reúne para que la música verbal de este hombre del mar, náufrago de las montañas, encallado en las letras, haga sonar su asordinado instrumento y nos diga su verdad, aquella que dice: “contra toda corriente / se despierta uno un día / con unas ganas locas / de seguir en la vida”.José Zuleta Ortiz. Cali, abril 21 de 2006
POEMAS.
Embetunados esqueletos de infantes
aletean con el fuego entre sus manos.
Risas pálidas, pardos ojos, tristes pies,
miran codiciantes las monedas y el pan.
Una barriga próxima a reventar,
mientras cuida la carreta cargada de cartones,
expulsará pronto otro esqueleto malabarista.
Llueve y el frío cala los cuerpos.
Cuando cae la noche son buenas cobijas
las noticias de envejecidos días.
Las flores azules han cerrado sus puertas
y enmudecen los párpados de los girasoles. (6)
(6) En el ejercicio sobre Georg Trakl. 29 de Octubre de 2.005.
SIN TÍTULO
No es como para morirse,
que los colores -adornos
de los trajes de las flores
y la menuda lluvia de estambres
con su fragancia iluminada
sean para despertar el instinto
de los obreros aleteantes,
no para saciar el ansia de belleza
de los ojos humanos. (7)
(7) En el ejercicio sobre Emily Dickinson. 8 de octubre de 2.005.
A M. M. CARRANZA
Hoy, no quiero abrir los ojos
ni decir más palabras
de imágenes gastadas
de asuntos ya sabidos:
El mismo pantalón doblado
en una silla,
la lámpara en silencio,
unos zapatos viejos al margen
del camino,
la empolvada cortina que anoche
me separó del mundo.
Hoy, no quiero abrir los ojos
ni decir más palabras
del ayer ya vivido.
Si no cambia el paisaje
o los ojos que miran,
que yo siga dormido
por esta vez...
por siempre. (8)
(8) En el ejercicio sobre María Mercedes Carranza. 5 de Noviembre de 2.005
JAZZ
Katrina, puñal de agua y viento
que hiere de muerte la música
y la vida.
Ya llegan los convoyes militares
con hombros sudorosos
para calmar los gritos sumergidos
de los náufragos.
Si muchos se salvan
habrá quien consuma y gaste
en las ciudades vecinas.
Y quien compre tiquetes
para ir a ver los rascacielos.
Y quien toque esa música triste,
libertaria, negra, que jalona
turistas y dinero.
Y quien se una a los tributos
que sostienen la guerra.
Y quien represente a esa raza
que nos convierte, por estar incluida,
en verdadera democracia.
Que siempre se escuchen sus gritos
y sus cantos.
Que suban a los cielos sus tonadas tristes.
Ahora... ya... jazz... jazz (9)
(9) En el ejercicio sobre Arthur Rimbaud. 17 de Septiembre de 2.005.
LOS MUROS
Se acercan y oprimen
como la soga
al cuello del condenado.
Invisibles muros que recuerdan
lo poco que dura una llama
y una existencia humana.
Muros que dejan los parientes,
amigos y conocidos
de edades similares a las nuestras.
Cuando ellos mueren
nos dejan de cara a la pared
y con un pie tanteando en el vacío. (10)
(10) En el ejercicio sobre Konstandinos Kavafis. 19 de Noviembre de 2005.
NADIE RECUERDA IGUAL EL MISMO RÍO
Riachuelo magro ahora, Manzanares,
sin ruido, sin piedras, sin torrente,
que al mar Caribe llegas débil,
como un hilo y vomitando desperdicios.
Sólo cuando el invierno irrumpe
creces, vuelves a correr raudo y ruidoso,
en un mal recuerdo te conviertes
recuperando el lecho
que miles de tugurios te han robado.
En el invierno crudo, añoso Manzanares,
existes nuevamente, palpitas,
renaces por desgracia
para invadir casuchas y dejar ruina y lodo.
Padre, tú, como el río de antaño,
te fuiste apagando,
volviéndote frágil, delgado y macilento;
al contrario del río entre alados recuerdos,
casi a la par del alba...regresas mansamente. (11)
(11) En el ejercicio sobre Antonio Machado. 1 de Octubre de 2.005
Como mercancías en las vitrinas
de un día sin comercio,
había varios objetos cubiertos
por la soledad y el polvo
en el cajón de la mesa de noche.
Al reloj le faltaba una muñeca
llena de hebras blancas
y de manchas color de chocolate.
La lupa no tenía quién la guiara
en la fabricación de exageraciones.
Las gafas, sin ojos,
estaban más muertas que nunca.
El radiecito amarillo se resignaba
a su petrificación en off
Comprendí entonces
que mi padre había muerto.
* Tomado del libro: Mirada de sombras, Rafael Escobar De Andreis. Diciembre 2001. Impresora Feriva. Cali. Pág. 41.
Escaneó NTC … Nos Topamos Con … http://ntcblog.blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com . Cali, Colombia, Julio 28, 2010
-----

